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Despido tras ERTE por causas productivas: ¿Es legal? Guía completa

¿Cuándo un despido tras un ERTE es legal (y cuándo no)?

Imagina esto: has pasado meses en un ERTE, con la incertidumbre carcomiendo tus ahorros y tu tranquilidad. De repente, te llaman para decirte que estás despedido. ¿Legal? ¿Injusto? La verdad es que la respuesta no es un simple sí o no. Despedir a alguien tras un ERTE por causas productivas puede ser perfectamente legal, pero también puede ser un abuso. Y la línea que separa ambas situaciones puede ser bastante difusa. Este artículo te ayudará a navegar por este complejo laberinto legal, para que puedas entender tus derechos y saber cómo actuar si te encuentras en esta situación.

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Causas Productivas: ¿Qué significa realmente?

Antes de adentrarnos en la legalidad del despido, debemos entender qué se considera una «causa productiva». No es simplemente «la empresa no va bien». Las causas productivas son razones objetivas y demostrables que afectan directamente a la productividad de la empresa y que justifican la necesidad de reducir la plantilla. Piensa en ello como un diagnóstico médico: necesitas pruebas y argumentos sólidos para justificar el tratamiento (el despido, en este caso). Ejemplos de causas productivas podrían ser una caída drástica en las ventas, un cambio radical en el mercado, la necesidad de reestructurar la empresa para ser más eficiente, o la automatización de procesos que eliminan puestos de trabajo. No sirve decir «nos va mal»; se necesita demostrar *por qué* va mal y cómo ese «mal» justifica el despido.

¿Qué pruebas son necesarias?

La empresa debe demostrar fehacientemente la existencia de esas causas productivas. Esto implica presentar documentación que respalde sus argumentos: informes financieros, estudios de mercado, planes de reestructuración, etc. No se trata de una simple declaración, sino de una demostración contundente de la necesidad del despido. Si la empresa no presenta estas pruebas, el despido podría ser declarado improcedente, lo que implica una indemnización mucho mayor para el trabajador.

El ERTE y su relación con el despido

El ERTE, o Expediente de Regulación Temporal de Empleo, es una herramienta para afrontar situaciones de crisis temporal. Se supone que es una medida *provisional*, diseñada para evitar despidos durante un periodo de dificultades. Sin embargo, una vez superado el ERTE, la empresa puede optar por despidos si la situación no ha mejorado o si las causas que motivaron el ERTE siguen presentes. Pero, ¿qué pasa si el despido se produce poco después de finalizar el ERTE? Aquí es donde la situación se complica. La empresa debe demostrar que la situación económica no ha mejorado y que el despido es una consecuencia directa de las mismas causas que llevaron al ERTE.

¿Es un despido encubierto?

Una de las preocupaciones más comunes es que el despido sea un «despido encubierto». Es decir, que la empresa haya utilizado el ERTE como una forma de deshacerse de empleados sin tener que afrontar las indemnizaciones correspondientes a un despido objetivo. Para evitar esta situación, es crucial que la empresa demuestre una clara conexión entre las causas que motivaron el ERTE y las que justifican el despido posterior. Si no existe esta conexión, el despido podría ser considerado improcedente.

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¿Cómo defenderte si te despiden tras un ERTE?

Si te encuentras en esta situación, lo primero es mantener la calma y recopilar toda la información posible. Revisa tu contrato de trabajo, las notificaciones del ERTE y cualquier otro documento relacionado con tu empleo. Es fundamental contar con asesoramiento legal especializado para analizar tu caso y determinar la mejor estrategia a seguir. Un abogado laboralista podrá evaluar la legalidad del despido y ayudarte a reclamar tus derechos.

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¿Qué indemnización te corresponde?

La indemnización que te corresponde dependerá de la calificación del despido. Si el despido se considera procedente, la indemnización será menor que si se considera improcedente o nulo. Un despido procedente suele implicar una indemnización de 20 días por año trabajado, mientras que un despido improcedente implica una indemnización de 33 días por año trabajado, además de la posibilidad de reposición en tu puesto de trabajo. Un despido nulo implica una indemnización mayor y la readmisión obligatoria. La clave está en demostrar que el despido no se ajusta a derecho.

¿Puedo reclamar si me despiden tras un ERTE aunque la empresa presente pruebas de causas productivas?

Sí, puedes reclamar. Incluso si la empresa presenta pruebas, estas deben ser sólidas y convincentes. Un abogado puede ayudarte a analizar la validez de esas pruebas y a determinar si el despido es legal o no. La simple presentación de pruebas no garantiza la legalidad del despido.

¿Qué pasa si el ERTE finaliza y luego me despiden por causas distintas a las del ERTE?

Si el despido se produce por causas diferentes a las que motivaron el ERTE, la situación cambia. En este caso, el despido debe ajustarse a la legislación vigente en materia de despidos, y la empresa debe justificar el despido con pruebas pertinentes a las nuevas causas alegadas.

¿Es obligatorio que la empresa me ofrezca un nuevo ERTE antes de despedirme?

No, no es obligatorio. La empresa puede optar por despedir a los trabajadores una vez finalizado el ERTE si las causas productivas persisten o surgen nuevas. Sin embargo, la empresa debe justificar adecuadamente el despido y demostrar la existencia de esas causas.

¿Cuánto tiempo tengo para reclamar un despido tras un ERTE?

El plazo para reclamar un despido suele ser de 20 días hábiles desde la notificación del despido. Es fundamental actuar con rapidez para proteger tus derechos.

En resumen, el despido tras un ERTE por causas productivas es un terreno legal complejo. Recuerda que la información proporcionada en este artículo es de carácter general y no sustituye el asesoramiento de un profesional. Si te encuentras en esta situación, lo más recomendable es que consultes con un abogado laboralista para que te asesore sobre tus derechos y la mejor manera de proceder.